31 jul 2011

Conmigomisma

La verdad es que no se de que escribir, pero poseo la necesidad imperante de hacerlo. Ya lo he dicho antes, en alguna otra entrada, quizá hace años, para mi esto es más que un desahogo, es casi un vicio, una necesidad. A veces no escribo porque necesite decir algo, si no que simplemente por el gusto de hacerlo, de inventar historia, plasmar sentimientos que no son mios. Pero es como un vicio. Sentarme a escribir, pensar, meditar, buscar en los profundos recovecos de mi mente algo que decir, aunque no sea nada. Como el café, siempre busco una excusa para un buen café, si con decir que tomo más de 365 tazas de café al año... si hay días en que llego a tomar hasta 4. Un día de estos o en muchos años más, iré al médico y este me dirá que mi vida está jodida por el café, quizá muera de una taquicardia por el exceso de cafeína... ¿quién podría saberlo? La vida es tan frágil que esto podría ser lo último que escribo. Ayer podría ser la última vez que haya besado a alguien, o la última vez que haya dicho "te amo". Aunque espero que no sea así, aun siento que tengo cosas que entregar en esta esfera enferma de humanidad. Tengo sueños locos, quizá irrealizables. Le he dicho a algunos, quisiera ir al continente africano algún día, a trabajar por aquellos que solo poseen el hambre y una esperanza corroida por la realidad y la corrupción. Quisiera trabajar en grande. Pero todo eso se vuelve una pompa de jabón, cuando pienso que mi gran aspiración de vida es formar una familia y tener un perro. Pero la vida es frágil y los sueños son solo horizontes lejanos. Son necesarios, porque nos ayudan a caminar mientras estemos vivos. Pero una vez muertos, una vez del otro lado yo no se que decir, no se que pensar. Es raro que haya pensado tanto en la muerte y jamás haya podido dar con una respuesta satisfactoria a mi interrogante. Quizá no hay nada más... o quizá si. La mayor parte del tiempo quedo ahí, divagando entre si o no, preguntandome por un sentido, y el sentido de que la vida tenga sentido. Y puede parecer un juego de palabras pero, ¿tiene sentido que la vida humana tenga un sentido especial? ¿no será un poco egocéntrico (antropocentrico) de nuestra parte pensar que nuestra vida tiene sentido? No se, pero estos son los momentos en que luego tomo mi guitarra y toco largas melodías en acordes menores, melodías incoherentes y sin armonía. Notas de pregunta, notas al aire sin respuesta. No busco la calma en la música, no me tranquiliza, no encuentro respuestas ahí, pero es casi tan adictivo como escribir. A veces creo que si los sentiemientos pudiesen materializarse serían algo así como sonidos, notas de una guitarra, acordes, apregios. O quizá de un piano o una flauta traversa, tal vez una viola o un violoncello. Es decir cuando toco guitarra en estas situaciones, solo busco ponerme en sintonía con esas emociones, vibrar con esas cuerdas, que ellas hablen por mi en ese idioma que no llego a entender. Bien, si has llegado hasta acá leyendo, te lo agradezco, la verdad escribí solo para mi y para nadie más, si has leído y te ha parecido interesante, pues esto soy yo. Fue solo un correr de mi conciencia. Si llegaste hasta acá, gracias por escucharme (leerme en realidad).

28 jul 2011

Autoconfesiones de Invierno

Hoy después de tanto tiempo que ha pasado, ahora con un mayor repertorio de historias, caricias, abrazos, besos, paseos, amigos, amores, puedo mirar hacia atrás y darme cuenta de cuanto he crecido. 
Hace muchos años creí enamorarme por primera vez y si, quizá fué así. Pero al igual que muchos que viven esa misma historia, me rompieron el corazón dandome ilusiones falsas, esperanzas vacías. Los niños saben construir enormes castillos en el aire que luego la realidad se encarga de destruir de la forma más cruel que encuentra. Tengo la suerte de que mi autoestima nunca fué lo suficientemente baja como para hacerme una persona tímida, fría o distante. 
Siempre fui cariñosa y risueña, aún cuando las cosas me duelan. Y es que tengo una cuota de alegría en mi corazón que a pesar de lo dañada que pueda estar me hace sonreir. Se que hay gente en el mundo que amo y me basta con eso. Nisiquiera ha de ser necesario que me correspondan, aunque se que lo hacen. 
En el fondo de la vida no espero nada, fué lo que aprendí de esa primera gran historia que viví. No espero nada de la vida, ni de nadie. A veces me gustaría que las cosas fuesen de una u otra manera, pero he aprendido a asumir las cosas como son y simplemente dejarlas fluir , esperando que la gente sea lo suficientemente sincera conmigo (tal como yo soy con la gente) como para que estas cosas ocurran sin forzarlas.  
No me gusta forzar amistades, ni relaciones, ni saludos, ni besos, ni amores. Creo en la libertad de cada uno. Si te interesa bien, si no, bien también. Y voy por la vida con paso ligero, entregandome a las pasiones de lleno, arriesgandome una y otra vez a quebrar mi corazón completo. Pero así es como me gusta. Porque así cada historia tiene un real significado en mi vida, cuando termina, es un comenzar de cero. 
Me he quebrado en llanto verdadero muchas veces, pero sé encontrar en él, en la pena y el dolor ago bueno, algo que me hace feliz. Estoy viva, sufro, por esas cosas vale la pena seguir adelante. Por saber que vivo para mi y que estas historias son trascendentes en mi. Cuando me han flaqueado las fuerzas para seguir adelante, siempre he tenido una mano amiga que se tiende y me ayuda. A veces de personas que no me lo esperaba.
Mis amigos me han defraudado, algunos traicionado y no por eso dejan de ser mis amigos. A quienes he amado en mi vida, siguen siendo importantes, en recuerdo y por las cosas que aprendí de ellos.
Suele suceder que la gente, cuando nuevamente se enamora tiende a desvirtuar sus sentimientos anteriores, para autoconvencerse de que ahora si va enserio. Yo no. He amado y me he entregado de corazón a todos a quienes de verdad he amado.
Y hoy, después de tanto tiempo que ha pasado... Estoy orgullosa de seguir exponiendome toda. Jugandome el todo por la nada. Viviendo a flor de piel el sentimiento. Volviendome loca. Creyendo que el cielo es más azul los días en que te enamoras. Flotando, a mil metros sobre el suelo.

27 jul 2011

Te pido...

Negro, cuánto te pido en realidad es nada. Nada pido. Te pido todo. 
Te pido muy poco, aquello que puedes darme, nada en realidad.
No te pido tiempo, Negro... que'so tampoco puedo dartelo yo. 
No pido flores, ni dineros, ni invitaciones, ni joyas. Te pido a tí.
No pido tu libertad, Flaquito... no. Eso es lo que menos quiero.
Pido que me dejes amarte con violenta dulzura y que caigas como yo
en un estado de locura. Loco tú, loca yo. Así estaremos bien. 
Pido solo un par de horas, para ver si esto es realmente lo que creo.
No pido tus ojos, ni tus manos, ni tu pelo. 
Pido que me dejes gozarte Negro... un ratito.
Porque, ah si... estoy loca por perderme en tu piel, flotar en tu mirada,
tomarte la mano y acariciarte despacio. Negro... en el fondo,
nada te pido. Todo a la vez.

25 jul 2011

Ernesto y Ella

Un día Ernesto despertará sabiendose locamente enamorado.
Desde esa mañana, no habrá más nah que hacer, todo estará perdío.
Caminará por las calles de la gran ciudá' ahí donde él vive.
Y contará las hora' pa' verla a ella, los minuto', los segundo'.
Se sentirá atacao cuando queden 5 minutos pa' verla,
y cuando la vea su' piernas se volverán finos hilos de lana.
Su corazón de trapo arderá en pasiones que ni imagina que
existían ahí, de'cubrirá en él hormigueros y cosquillitas.
Y cuando la bese, ah... cuando la bese.
Sus manos serán ligeros exploradore' en la espalda de ella,
el ritmo constante y acelera'o de su' entraña, tambor de marcha.
Afirmate Amor, que tendras que esperar un buen tiempo pa' descansar...



de ellos... po'que ella se siente igual.