27 oct 2011

Los días que fueron

Ahora que duermes tan sereno, apenas si escucho tu suave y profunda respiración. Rodeándome con tu cálido abrazo, y cae tu mano distraída sobre mi vientre. Ahora que la noche ya no es tan joven y quizás queden pocas horas para que amanezca, quisiera no tener que moverme de tu lado. En silencio precioso disfruto esos últimos momentos, abrigándome de tu piel, sintiéndome tan tuya. 
Y no he podido dormir esta noche, mis parpados insisten en mantenerse distanciados y mi mente vuela rápido una y otra vez a lo último que me dijiste antes de caer en la red del sopor y el sueño. Cada letra, pronunciada con el balbuceo susurrante de tu voz exhausta vuelve a mi memoria plácidamente como el mecer de un velero que navega tranquilo en el mar. 
¿porqué hiciste aquella confesión? ¿porqué no me ha dejado cerrar los ojos?


Quizás porque creí que no lo dirías de nuevo. A lo mejor porque siempre que lo dices parece la primera vez. Porque sé que tus pupilas titilantes no me mienten esta vez -aunque nunca me hayan mentido en realidad-. Siento que me vuelves loca. 


Lentamente me separo de tu cuerpo, sin molestarte. Aún está oscuro, pero ya no tanto. Me visto de a poco y pienso en lo bien que me sienta esa ropa. Me miro de reojo al espejo y pienso en el tiempo que ha pasado. Mucho quizá. Fuimos jóvenes una vez y nos amamos tan bien... y ahora que el tiempo había hecho surcos en nuestra piel, nos habíamos reencontrado. Nosotros, nuestra adolescencia. Los segundos en tus espacios parecían suspendidos en un transcurrir mucho más lento y placentero, antes y ahora. Te miro por última vez, con ternura, y me dispongo ya a salir. Sobre tu escritorio te dejo una nota que dice "te amo", como cuando fuimos amantes por primera vez. Y me recorre esa curiosa sensación de vértigo, de estómago ligero. 


Entonces Santiago me recibe con sus luces, son su ruido de ciudad misteriosa y yo, simplemente camino... siempre pensándote. 




24 oct 2011

Nada

... y como dijo Coelho "Si deseas algo con todo tu corazon, hasta el Universo se confabula para hacerlo realidad". 


...y quizás así fue. 

20 oct 2011

Un par de versos...

Si eligiera un día, sería hoy. Si eligiera alguien, serías tú. Si eligiera algo de ti, sería un abrazo. Si eligiera algo de mi, sería un beso. 


Si me miras con tus manos y me vas desnudando de a poquito con la mirada. Y te acercas hambriento con tu nariz rozando mi piel y tus labios a un segundo de estallar. Si con tus brazos me llevas a tu cuerpo firmemente sin dejarme escapar, si te alejas y me observas desde lejos... 


Entonces no esperes, por favor no esperes que me mantenga en los carriles de la cordura, que para algunos casos la locura es mejor cura.


Déjame reir entre tus dedos y gritarte suavecito que te quiero. No digas nada, olvida los pretextos, olvida las convenciones, que no conviene que recuerdes en ese preciso instante. Solo en silencio hacernos sonreir. Saludaré al cielo con flores delicadas, y tú, y tú...


17 oct 2011

El frío de ser olvidada...

Se acercaba despacito, para no despertarlo. Aunque a causa de su consistencia habría sido imposible que lo despertara. Se detuvo a escasos centímetros de él y le oyó respirar plácidamente, dormía dulcemente sin advertirla. Ella sonrió un poquito y con su translúcida mano hizo además de tocarlo, pero se paró en seco. Entonces con nostalgia retiró su mano y se dedicó a observarlo simplemente. Sabía que el aire de la habitación estaba volviéndose frío. Entonces salió caminando por la muralla hacia el patio. 


Cuando aún estaba viva, jamás imaginó  lo importante que eran el calor y la tibieza de un abrazo. Se sentía tan sola. Todos los que eran como ella apenas si sonreían, vagaban nostálgicos visitando a quienes en vida habían amado. Y aunque ella hacía lo mismo, solo deseaba algo de calor, porque ni el sol, ni las estufas, ni el fuego eran algo así como suficientes. Anhelaba recostarse dentro de la cama de él, al que casi todas las noches visitaba, recordando aquellas noches cálidas en que solamente había sido feliz. Pero sabía que ahora allí no había un refugio, solo más de aquel frío penetrante. Lo sabía porque una vez lo había intentado y él se despertó entumido, se levantó a buscar una frazada y volvió a dormir, intranquilo. 


Ya nada podría devolverle el calor de la vida, ese limbo infinito, la estaba consumiendo,la estaba volviendo loca, la estaba matando, otra vez. 


16 oct 2011

Quiero que mañana sea un mundo habitable

Creo que es importante tener Fe. Pero...¿Fe en qué?
Fe al futuro, Fe en las personas y en la humanidad. Una persona sin Fe en estas cosas, es poco lo que podrá aportar al mundo, porque creerá que el mundo acaba con él. Si no tenemos Fe de que la cosa mejorará cierto día, entonces ¿porqué luchamos? ¿Desgastamos nuestras fuerzas inútilmente pensando en que podemos cambiar algo que no cambiará?
No señor, tenemos Fe. 
Fe en que cierto día las personas recapaciten a cerca de la forma en que este sistema les ha enajenado. Quizá ese día sea hoy, mañana o en diez años más. Lo importante es tener Fe y seguir en pie. 
Pero siento que hay que luchar para cambiar el mundo, puesto que ese día no llegará si los que nos hemos dado cuenta que las cosas no funcionan de esta manera no hacemos nada. Si tengo Fe en que va a llegar ese día, es porque mantengo mi batalla contra todas las cosas que me parecen mal. Es porque creo que existe un futuro, el mundo de mis hijos, el de mis nietos. El mundo de los que vendrán.Y me siento importante ser humano ya que estoy forjando el mundo en que ellos vivirán. De una u otra manera, el pequeño y casi nulo aporte que podré hacer yo para mejorar su mundo, será de lo que me sienta hoy orgullosa. 


No dejaré de lado mi propia vida para pensar en el futuro. Es más, jamás pensaré en el futuro como tal, me dedicaré al presente, a hacer todo lo que pueda para mejorarlo. El mañana será solo una motivación para avanzar. Al fin de mis días, cuando recuerde que tengo Fe en un mundo mejor, entonces miraré atrás y sonreiré por el trabajo cumplido. 


Pero al final es esencial tener Fe, porque te da un motivo, una razón. De esas que varias veces al día necesitamos para ponernos de pie y continuar. 


11 oct 2011

De sintonías y frecuencias...

Cuando te enamoras, es difícil ver cómo es que son las cosas en realidad. Andar enamorado es como andar en otra frecuencia.
Es triste cuando resintonizas. Como abrir los ojos después de un sueño delicioso, o sentir sabor a mostaza cuando pensaste que era manjar. No porque quién está a tu lado es lo peor, es más, seguirá siendo el mejor, pero la realidad se te viene encima. Los problemas a tu alrededor, los conflictos de macro y micro, los dolores de cabeza, el estress y hasta el mal humor parecen atacarte. Al sintonizar con ellos parece como que todo ha vuelto a la normalidad, por la sola diferencia que cuando estás allí, con aquella persona, entonces recuerdas que aún hay esperanza, porque andas a ratos como enamorado, como que todo pareciera sincronizarse de manera perfecta, los colores bellos, el momento ideal. 


No quiero salir de esta frecuencia, no quiero sintonizar la realidad. 


Al menos no por ahora. 

7 oct 2011

Ay Democracia!

Me gustas democracia, pero estas como ausente
y me oyes desde lejos y mi voz no te toca
parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un dolar te cerrara la boca.

5 oct 2011

Instrucciones para volar


Cuando se conocieron, ella jamás imaginó la sarta de aventuras en las que se vería de pronto inmiscuida con él. Desde un primer momento, ella lo observó de lejitos pero con determinación, había algo en el que inevitablemente le llamaba la atención. Sería quizá esa piel, serían quizá esos labios, sería quizá esa facilidad con la que se movía ligeramente por todas partes que parecía que apenas si rozaba el suelo, o serían quizá esos ojos llenos de sol con los que de pronto se topaba. 
Finalmente terminaron por conocerse, solo Dios sabe como. Al tiempo de conocerse ella notó que él llevaba los ojos encendidos, pero nadie más parecía notarlo. Era como si tuviera un sol tras cada ojo, se daba cuenta que él se divertía encendiendo mariposas, que de pronto parecían pequeños fósforos alados revoloteando, se divertía creando pequeñas fogatas sobre las hojas caídas del otoño, otras veces, más osado, encendía arboles completos. Pero nadie parecía llamarle la atención. 
Cierto día subieron un cerro y observaron la ciudad desde arriba, cual no habrá sido la sorpresa de ella al ver dos pajarillos revoloteando entre llamas, casi como un par de fénix que bailaban ligeros. La ciudad ardía cuando sus manos se rozaron suavemente, fugazmente. Cuando ella le preguntó porqué pasaba eso, entonces él solo sonrió, y le dijo que era un secreto, un secreto entre los dos. Él tenía el corazón del dragón.