Urgente

necesito urgente a la vena energía y sentirme bien... Estúpido abdomen que eres mi punto débil, siempre me cagas la onda.

Batería baja, último esfuerzo

Con ganas de comer al aire libre, tocar guitarra, caminar sin zapatos, respirar tranquila. Y no hay motivos para pensar que no voy a poder hacerlo de aquí a 3 semanas más. ¡Último esfuerzo! Ojalá todos los días de mis vacaciones sean como el día en que me saqué esa foto... por todo lo que implica.  

Cansada

Ni siquiera ha empezado... y ya me siento cansada... no quiero mas guerra...

Vergüenza

Es una vergüenza que desde principio de año no haya podido terminarme "un arcoiris en la noche". Soy un bodrio. Espero tener tiempo en las vacaciones para leer todo lo que tengo pendiente...

Creditos a mi negro que sacó esta foto :)

Viajar

Tengo ganas de viajar, llenar una maleta con algo de ropa y subirme a un avión. Que todo el mundo hable un idioma distinto, que nadie me conozca. Quiero viajar, y documentarlo con detalles que me llamen la atención, comprar alguna que otra chuchería. Quiero viajar y descubrirme a mi misma en una cultura ignorada. Viajar y embriagarme de aventuras. Quiero viajar y aprender algo del otro lado del mundo ¡Sorprenderme! Caminar por calles ajenas, pasando desapercibida y encontrar una mirada cálida que hable mi mismo lenguaje. 

Miedo

Me da miedo... estar haciendo un borrador de mi vida y no tener tiempo de pasarlo en limpio, de que me corten las alas, de ser yo misma quien las corte, de caer de bruces en la realidad y no querer levantarme más. Me da miedo... la muerte. Me da miedo... que llegue el día en que no me reconozca. Me da miedo: quedarme sola. 

cuantificando...

Me separan 11879 Kms ... y cerca de US$3,200 solo para un puto abrazo tan necesario. 

Musas esquivas

Hubo un tiempo en que el centauro disfrutaba de la compañía de las musas. Estaba con ellas largos ratos, a veces solo las observaba como se bañaban, como jugaban... Charlaban horas sin aburrirse. Se reían hasta que el aire les hacia falta. 
Pero cierto día, el centauro recibió un arco. Comenzó primero de a poco, practicando a ratos y hablando mucho. Las musas pronto comenzaron a aburrirse de escucharlo hablar de aquella herramienta, en el fondo maligna, en el fondo guerra. 
Ahora el centauro piensa todo el día en su arco y en su corazón lleva a las musas. Ellas lo extrañan desde su pequeño estero, pero saben que él no piensa en ellas. Y se alegran cuando lo ven, aunque venga a amarlas por tan solo una noche escasa. Se acabaron las conversaciones, los jugueteos, las admiraciones. A veces las musas se arrancan un poco de él, se sienten tristes. Porque lo sienten tan distante, tan lejano detrás de su arco... 
Entonces muchas prefieren observarlo, transformadas en delicadas flores o arboles de finas ramas. Y recordar el tiempo en que él disfrutaba de su compañía, y sonríen nostálgicas.